
Literalmente, IPTV significa Internet Protocol TV, o Televisión por Protocolo de Internet. Vamos, Televisón por IP, una manera de transmitir televisión a través de Internet con un método diferente al que utilizan plataformas de streaming convencionales como Netflix, Amazon Prime Video o HBO entre otras.
Por lo general, los canales tradicionales de televisión siempre han emitido sus transmisiones de manera que puedas recibirlas con una antena, un satélite o un cable. Pero estos mismos canales, tanto los digitales terrestres como los satelitales, también transmiten casi simultáneamente sus emisiones en streaming en directo o bajo demanda, aunque con unos protocolos diferentes a los que estamos acostumbrados en la web.
Lo que hace la IPTV es crear una red privada y directa entre la operadora que te ofrece los canales y el usuario, de manera que puedas recibir estos canales sin conectarte a Internet con solo tener el router o decodificador encendido. Los canales se transmiten bajo demanda, y la operadora reserva parte de tu ancho de banda para la IPTV. Así, si tienes contratados 100 megas, puede que la IPTV tenga asignados unos 30 o 40 y el resto quede para tu uso de Internet convencional.


El tener un ancho de banda dedicado y específico para la recepción es un método para tratar de garantizar la máxima calidad posible en las transmisiones, así como de permitirte recibir más canales de televisión. Además, con ello los operadores se aseguran de que para acceder a sus paquetes de canales de forma legal tengas que contratar el servicio.
El vídeo de los canales se comprime utilizando un software especial y se envía a la dirección IP del cliente que la solicita. Al llegarte, como usuario necesitarás tener un decodificador especial para recibir la señal, descomprimirla y decodificarla para poder verla claramente. Los receptores de los operadores suelen tener más funciones, como la de permitir la grabación de los programas o almacenarlos localmente.
Ventajas y desventajas frente a los servicios OTT
A la hora de hablar de canales de televisión, los servicios OTT u Over The Top son los que conocemos como televisión en streaming, esos que emiten su señal de forma abierta a través de Internet como Netflix, YouTube, Prime Video u HBO.

Los servicios OTT no están ligados a ninguna operadora de televisión o telefonía. Además, mientras los OTT emiten su señal en abierto y cualquiera puede registrarse y acceder a sus contenidos, para acceder a los canales IPTV no será suficiente con registrarte, y necesitarás un decodificador para recibir, descomprimir y decodificar la señal.
Los OTT no tienen un ancho de banda reservado. Esto quiere decir que la calidad de la recepción puede depender del ancho de banda tengas libre, y que si estás utilizando tu conexión para alguna tarea que requiera de muchos megas, es posible que la calidad del streaming se resienta. Esto no es un problema para las IPTV, ya que al tener el ancho reservado se asegura tener suficiente señal como para ofrecer la mejor calidad de imagen.
Otra ventaja del IPTV está en los propios decodificadores, que te ofrecen algunas funciones extra no disponibles en los servicios OTT. Sueles poder grabar varios días de programación, o rebobinar un programa cuando lo estás recibiendo en directo porque es una emisión personalizada. También sueles poder comprar de forma sencilla contenido como películas que están disponibles antes de su llegada los servicios de streaming.
En cuanto a las desventajas, es obvio que depender de una operadora que te de su receptor puede ser una muy clara. Además, suelen ser servicios bastante más caros o incluidos en packs, y el tener IPTV significa que no vas a poder aprovechar todo tu ancho de banda en Internet, ya que un porcentaje está dedicado a la recepción de los canales.
Otra desventaja importante es que la IPTV se sirve directamente a tu casa, mientras que los otros servicios de streaming son accesibles desde cualquier sitio mediante sus aplicaciones móviles oficiales.
